Cuando pensamos en la posibilidad de tener un huerto en nuestra propia casa, lo primero que debemos considerar es que se tiene que tratar de una actividad que facilite nuestra vida, nos permita ahorrar algo de dinero y tener alimentos a mano, y no de una cuestión que se pueda volver molesta al poco tiempo de haberla comenzado.
Es así que conviene siempre que apuestes por aquellas especies de planta que son de más fácil acceso, de forma que cuando estés seguro de que puedes dedicarte a un huerto sin demasiadas dificultades, lo hagas de forma definitiva. El consejo, entonces, es que apuestes al comenzar por esas especies cuyos desechos o restos tiras a la basura, sin saber que pueden ser utilizados para plantarlas nuevamente.
De este modo, vamos a comenzar un repaso por tres especies que te pueden resultar muy beneficiosas a la hora de llevar adelante un procedimiento de este tipo, comenzando en primera instancia por las cebollas verdes, que son muy fáciles de cultivar, y muy útiles en la cocina. Para ello, cuando hayas picado la cebolla para tus platos, sumerja el extremo blanco con raíces en un recipiente con agua, dejando la parte superior de la planta encima de la superficie del agua, y verás cómo comienzan a crecer de nuevo.
El apio, en tanto, es otra interesante alternativa que tenemos en estos casos, y nosotros te recomendamos especialmente que apuestes por él debido a que sólo es necesario dejar la base de la planta intacta, ponerla en agua por una semana, y ser testigo de cómo las hojas pequeñas y amarillas comienzan a crecer al igual que el tallo.
Finalmente, si eres un amante de las ensaladas, no podrás perder de vista la lechuga romana, que plantea además un crecimiento bastante semejante a las anteriores. Lo que debes hacer es cortar la lechuga dejando un par de centímetros en su base y al igual que con las otras, sumergirla en agua.