Si tienes plantas o flores en tu casa, y te interesa secar las mismas para poder utilizarlas a modo medicinal, decorativo, o sólo quieres aprender cómo se lleva a cabo el proceso, entonces te resultarán muy interesante los trucos que traemos al respecto, y que te ayudarán a llevar adelante este procedimiento de una forma realmente rápida y sencilla, evitando que las mismas pierdan sus propiedades.
Lo primero que debes considerar cuando quieras secar plantas o flores, es qué elementos te serán necesarios tener a disposición. Entre ellos podemos mencionar un espacio fresco, seco, y donde haya una buena circulación de aire hacia uno y otro lado. Además, debe estar cubierto, y tener una especie de abrigo para las plantas, a fin de protegerlas de las posibles lluvias y de la humedad. Pueden servir, en este sentido, garajes o armarios.
Si quieres secar gramíneas, te recomendamos especialmente que apuestes por hacerlo tumbadas en el suelo las mismas, considerando que puedes forrar una superficie lisa y llana con unas hojas de periódico, por ejemplo, o algún otro elemento absorbente, y distribuirlas sobre esta superficie, sin que se amontonen, y dejando un buen espacio entre unas y otras, donde no haya ningún tipo de humedad.
Considerando igualmente que no debes manosear las plantas mientras las utilizas y buscas secarlas, no podemos dejar de recomendarte que la pared puede ser otra buena alternativa a la hora de intentar secarlas, sobre todo debido a que permite secarlas al aire libre, donde el viento les pega directamente, y el proceso lleva menos tiempo, por lo que es ideal para rosas y mimosas, entre otras.
Finalmente, podemos recomendarte que formes especies de ramilletes con algunas pocas plantas, además de que las ates todas juntas. Con cuidado, separas poco a poco las ramas para que el aire entre, y pones unos tendederos de 25 centímetros entre ellos, para que cuelguen y allí se sequen.