La salvia rusa es una de las plantas más buscadas por los amantes de los jardines, perteneciendo al género de las Perovskias, que reciben su nombre directamente en homenaje al general ruso Vasily Alekseevich Perovsky, y que a su vez, forma parte de otras especies como las Perovskia atriplicifolia, Perovskia artemisioides, Perovskia angustifolia, Perovskia virgata, siendo en la mayoría de estos casos, provenientes del Tibet.
Una de las principales cuestiones que debemos tener al tanto en cuanto a la salvia rusa tiene que ver, entonces, con que se trata de una muy bella planta herbácea perenne de porte irregular, que además es una de las más aromática provenientes de esta parte del mundo, y que en muchos de los casos, se las utiliza en los jardines combinadas directamente con arbustos más altos, con los que ofrecen un aspecto realmente imperdible.
Yendo, ahora sí, a los cuidados que requiere esta planta, no podemos dejar de considerar algunos en particular, como por ejemplo que se adaptan mejor a los climas cálidos, sobre todo cuando son expuestas al sol únicamente mediante una semi-sombra, de la misma forma que pueden adaptarse al sol directo, pero sólo en sitios fríos, o en épocas invernales.
Del mismo modo, tampoco se trata de una especie que sea demasiado exigente con el suelo, por lo que supone todo un alivio para quienes quieran tenerlas en su jardín, y no tengan demasiado tiempo para dedicarle. En este sentido, sólo necesita que esté bien drenado y mejor si tiene abundante materia orgánica, mientras que recomendamos la plantación al comenzar la primavera.
En cuanto a los riegos, los mismos conviene que sean escasos en cantidad de agua y poco frecuentes, ya que es una planta que mantiene muy bien su humedad, y además, a finales del verano conviene cortar un poco sus tallos, además de podarla de forma límite en el final del invierno, sin ningún otro cuidado adicional.