El Abutilon, muchas veces conocido como Farolito Japonés, es un arbusto sumamente buscado por las personas quieren que sus jardines se vean bellos y no sean demasiado difíciles de cuidar. Sin embargo, debemos tener en cuenta en estos casos que existen ciertos consejos y recomendaciones que es mejor seguir, siempre y cuando querramos ofrecerles un buen nivel de vida, y evitarnos complicaciones futuras.
Lo primero que debemos tener en cuenta si pensamos en los cuidados que se pueden tener para con el Farolito Japonés, es que esta especie goza de buena salud cuando se muestra hasta de metro y medio o dos metros de alto, con aspecto de zarza. Una de sus características principales es que sus ramas son extremadamente flexibles, y sus hojas mantienen un color verde muy intenso, al tiempo que las flores tienden a colores cálidos, y ponerse colgantes cuando adquieren cierto peso.
También es interesante, en estos casos, saber que el Farolito Japonés tiene grandes dificultades para superar los inviernos en los sitios donde suele haber nevadas y las temperaturas rondan los 0º C. De hecho, se trata de una especie preparada mucho más para climas mediterráneos, de modo que debemos intentar emular este tipo de ecosistemas alrededor suyo para favorecerla.
En cuanto a su ubicación, al mismo tiempo, debemos considerar colocarlo en un sitio donde el viento no le afecte demasiado, además de que debe ser sombreado, alejado de ser afectado directamente por los rayos del sol, aunque sin que por ello queden fuera de la luminosidad de la planta, y para que sea más visible, conviene rodearlo de otras plantas con colores más clásicos y homogéneos.
Otros cuidados que no podemos perder de vista en este caso tiene que ver con la necesidad de abonar cada 15 días la planta con abono mineral disuelto con el riego, además de que debemos regarlo constantemente en verano, pero limitar lo suficiente en invierno.