Cuidados de la violeta

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La violeta es una de las plantas más conocidas y codiciadas de la actualidad, y básicamente también de los últimos años, motivo por el cual se trata de un elemento que podemos llegar a tener en nuestro jardín de forma heredada, o que por el contrario querramos agregar para lograr una mejor vista del mismo. Sin embargo, si no consideramos los cuidados a tener con posterioridad, la planta no durará, así que mejor leer las siguientes indicaciones.

En primer término, es interesante destacar que la violeta, conocida científicamente como “Saintpaulia ionantha”, se originaria de zonas tropicales, motivo por el cual requiere, una vez plantada, abundante temperatura, humedad y agua, con la característica además de que en el caso del riego, tenemos que realizarlo con agua tibia, ya que el agua fría, especialmente en invierno, puede llegar a teñir las hojas de color café.

También es aconsejable no exponer la violeta a mucha radiación solar, ya que en plano general la planta crece mejor en la sombra, sin importar demasiado las temperaturas, eso sí. El problema en este caso es que el exceso de luminosidad produce que las hojas de violeta se quemen y marchiten, con lo que pueden llegar a presentarse de colores más tendientes al amarillo, y menos, claro, al violeta.

De la misma forma, una sobreexposición al frío puede afectar a las hojas de las violetas, considerando en este sentido que unos 12º C o menos pueden generar también que las hojas pierdan su color clásico y se tornen hacia un amarillo, siendo ésta otra de las explicaciones de por qué muchas veces vemos violetas amarillas con sus hojas extremadamente débiles.

En cuanto a las enfermedades que pueden llegar a afectar a esta planta, podemos mencionar algunas como pulgones, cochinillas o por la mosca blanca, aunque en la mayoría de éstos casos las podemos eliminar agregando alguna especie de pesticida orgánico, siempre en la tierra, y nunca sobre las hojas o las flores mismas de la violeta.

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