Cuando una persona recién comienza a dedicarse a la jardinería y teme por el cuidado y crecimiento de sus plantas a causa de su desconocimiento, nada mejor que comenzar tomando confianza de la mano de los lazos de amor o cinta, planta también conocida como Chlorophytum comosum, dado que se trata de una especie que no necesita de grandes atenciones y que rápidamente cobra forma y volumen.
Sus características tan nobles las vuelve una de las plantas más populares en todo el mundo, aunque nace en Sudáfrica, de allí que se caracterizan por ser tropicales, soportando altas temperaturas tanto al interior del hogar como fuera de él.
Si bien aguantan la luz solar de forma bastante directa, necesitan de un mínimo de aire fresco, de allí que se recomienda situar a la planta cerca de una ventana para que pueda tomar la luz solar pero respirar, de modo contrario, sus hojas se volverán algo quebradiza.
En épocas en que no hace demasiado calor, debemos acordarnos de regalar a la planta al menos una vez a la semana, ya que son muy resistentes. Excedernos en la cantidad de agua puede terminar por ahogarla de allí que es mejor pequeñas dosis cada vez que la regamos y mantener la tierra húmeda pero no inundada, así como tampoco seca totalmente, lo que repercutiría en la apariencia de sus hojas.
Si aparecen hojas algo secas, quebradizas o medio amarillas, es mejor arrancarlas con la mano, y no con tijeras, para no dañarla y darle más fuerza a la planta y permitirle que crezcan nuevas hojas.
Cuando notamos que crece una ramificación y en su extremo comienza a aparecer un racimo de hojas, hay que darle tiempo para que cobre fuerza, para luego poder plantar en una nueva maceta o en otro espacio del jardín este hijito que cobrará vida y crecerá rápidamente.