Si tu jardín se ve apagado por falta de colores y no quieres cuidar de una planta que requiera de muchos recaudos, nada mejor que un toque de color de la mano de una hypoestes, caracterizada por sus manchitas grisáceas y rosa chicle, combinada con un verde vivo y alegre.
La hypoestes se trata de una planta en la que hallamos desde su base una gran cantidad de ramificaciones, al mejor estilo arbusto, desde donde parten sus hermosas hojas de colores que al tacto resultan algo ásperas y aterciopeladas.
Puede llegar a ocupar bastante espacio, a causa de las ramificaciones y los nuevos tallos que van naciendo rápidamente, lo cual la vuelve una planta bastante tupida, aunque el tamaño de la misma no supera generalmente los 30 cm de altura.
Cuando estas plantas son jóvenes están cubiertas de un denso y compacto follaje de color verde oscuro que contrasta con las numerosas y llamativas manchas de color rosa o rosa violáceo, sin embargo, a medida que pasa el tiempo es esperable que sus hojas pasen a tener tonos más apagados, aunque no dejen nunca de ser bonitas.
Si bien durante la época de la primavera nacen pequeñas espigas de flores color lila azulado no se recomienda dejarlas dado que le quitan vigorosidad a la planta y va debilitando su fuerza de modo que estanca el crecimiento, de allí que lo ideal seria eliminarlas tan pronto aparecen.
Dado que requieren de mucha luz para impedir que los tallos se hagan demasiado largos y que las hojas pierdan su intenso color, debemos ubicarlas en lugares estratégicos en relación a la luminosidad, aunque debemos ser precavidos y no disponerlas de modo directo a los rayos del sol para evitar marchitarla y quemarla.
En cuanto al riego, la planta prefiere una atmósfera húmeda con lo cual es preciso humedecer en verano toda la planta a diario con pulverizaciones de agua que no esté demasiado fría.