Seguiremos hablando acerca de la técnica de hidroponía, en la cual la planta se desarrolla principalmente en agua. Hoy nos referiremos a los requisitos para su éxito.
El recipiente que se utiliza puede ser un cubo, un barreño o un envase que se adapte a tus necesidades. Lo importante es que el envase debe ser opaco, ya que la luz puede llegar a afectar a las raíces, y el recipiente debe ser, obviamente, impermeable.
Lo ideal sería que tenga una profundidad de hasta 35 centímetros. Le realizaremos un agujero en la base para que drene el agua cuando necesitemos cambiarla sin tener que movilizar a las plantas. El agua ideal es la de lluvia, aunque también puede ser usada el agua potable que tenga baja concentración de hipoclorito de sodio y de cal.
Solo se puede utilizar la que tenga gran cantidad de sal en el caso de que se quieran cultivar claveles, lechuga o tomates.
Con respecto al pH debemos controlarlo antes de alimentar a las plantas de nuestros cultivos. Los niveles ideales son de 6.5 y 8.5. En el caso de que sea superior es fundamental controlarlo.
La zona en donde coloquemos el recipiente de la hidroponía debe tener una buena ventilación y evitar la aparición de polvo, gases y humo. Muchos prefieren colocar una bomba aireadora, una herramienta muy practica que puede facilitar la correcta ventilación.
La luz es uno de los aspectos fundamentales que se deben cuidar en este tipo de cultivo. Por ello debemos colocar el recipiente en un lugar en donde reciba mucha luz (dependiendo, claro está, del tipo de planta, ya que algunas especies se desarrollan mejor en la sombra)……
La humedad ideal debe ser del 75 por ciento, si llega a ser excesiva la planta podría llegar a enfermarse, lo mismo que puede suceder si el medio es seco.
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