El Romero es una planta que sin lugar a dudas encuentra excelente recibimiento de parte de muchísimas personas, ya que ofrecen la posibilidad de condimentar nuestras elaboraciones culinarias brindándole un sabor único que, acompañado de la mostaza y el limón, hacen de cualquier plato una exquisitez excepcional.
Aunque, lejos de tener este único uso, el romero es también muy recomendable como planta curativa, así como no requiere de grandes cuidados para que crezca grande y fuerte, por lo que no debería de sorprendernos encontrar en cada hogar un ejemplar de esta especie en el jardín o patio.
Si bien originariamente tiende a crecer en forma robusta como arbusto, con hojas pequeñas y abundantes, de hasta dos metros de altura, cabe ir podándolo con el objetivo de que usted puede darle el diseño que desee y estancar su crecimiento.
Al momento de sembrar el romero, es importante prestar atención al tipo de suelo, dado que este tipo de planta requiere de un terreno que tenga un buen drenaje de agua, aunque afortunadamente, el romero es una planta tan noble que suele adaptarse a casi cualquier tipo de suelo.
En cuanto a la ubicación el romero al preferir éste la luz directa del sol lo ideal sería encontrar un espacio en que la luminosidad sea plena, al menos durante 6 horas diarias, pero debemos atender a que no quede directamente expuesto al viento para evitar que se seque.
Mientras va creciendo, debemos ser cautelosos con la cantidad de agua que le damos a la planta, previniendo que se inunde, debe ser mínima la humedad de la tierra.
Finalmente, otra de las ventajas de este tipo de arbustos es que generalmente no es fuente de plagas, por lo que, no necesitamos del uso de ningún insecticida, lo cual permite no tener que estar tan atentos a su cuidado.