Si de plagas hablamos los caracoles y babosas son bastante parecidas, este tipo de animal se dedican a masticar hojas y dejar en ellas agujeros. Su trabajo lo realizan durante la noche y los días donde no hay sol. Si las dejamos actuar podrán terminar provocando un gran destrozo en las plantas más jóvenes.
La mejor manera de eliminarlos es tomarse la molestia de recoger los animalitos cada noche, si bien pueden ser difíciles de encontrar es importante hacerlo. Se pueden colocar algunas tejas que ellos tomarán como un sitio de protección y así facilitar la recogida.
Usa guantes y una linterna en el momento de atraparlos. Cuando ya los tengas colócalos en una zona alejada de tu jardín y de tus plantas. Para evitar que regresen coloca una barrera de ceniza o aserrín en la zona más afectada teniendo en cuenta que cuando se moja pierde la eficacia.
Pensemos que los caracoles pueden llegar a dejar a una planta sin una hoja. En épocas como el invierno su actividad en mucho menor ya que aletargan en sus conchas. Ellos prefieren los sitios frescos y oscuros para vivir. Se reproducen mediante huevos, cada uno de ellos puede llegar a poner 100 huevos, desovando una vez al mes. Los adultos son hermafroditas aunque no pueden autofecundarse. Se reproducen en las etapas más lluviosas de la primavera y en los días no muy fríos del otoño.
Los principales depredadores de los caracoles son las tortugas, sapos, aves y escarabajos. Lo ideal es que al tomar medidas no los matemos, sino simplemente los eliminemos del jardín brindándole la posibilidad de vivir en otros sitios.
A los caracoles no les gusta andar por zonas con texturas, por eso podrás colocarle alrededor de las plantas cáscaras de huevo, así no llegaran a tus plantas.
Esperamos que estos consejos te permitan mantener lejos a estos animalitos tan simpáticos pero tan malos para el jardín.