Aunque sabemos mucho sobre las plantas, y nos preocupamos por sus cuidados a través de los distintos artículos de este sitio, en este caso nen particular nos vamos a dedicar por un segundo a las plantas, para hablar específicamente por la forma en la que ellas se alimentan, algo que interesan a muchos de nuestros usuarios y que resulta además gratifican para comprender la vida de estos seres.
Lo primero que sabemos, evidentemente, es que las plantas obtienen muchos de sus nutrientes directamente desde sus raíces. En concreto, lo que sucede es que el agua y los minerales sin elaborar son los que ingresan directamente desde aquí, ascendiendo por los vasos leñosos hasta las hojas, donde se produce el verdadero proceso de alimentación de la planta.
Ya en esta parte de la planta, se produce lo que se llama la fotosíntesis clorofílica, es decir, un complejo proceso bioquímico que genera triosa, una especie de azúcar desde el cual este ser vivo obtiene todo su alimento para poder sobrevivir. De hecho, cuando cortamos un árbol y observamos en su interior la savia, podemos estar seguros de que buena parte de ella está formada directamente por este azúcar.
La fotosíntesis es otro de los procesos que permiten a la planta alcanzar los elementos necesarios para subsistir, y en este caso en particular, se encarga concretamente de la reducción del dióxido de carbono mediante la energía lumínica, con la que también forma triosa. Para los seres humanos, es importante porque de esa forma despide oxígeno que nosotros podemos respirar, y por eso es bueno tener plantas cerca, por la calidad del aire.
Este último proceso, que corresponde en partes iguales a la respiración de las plantas, es además interesante desde el punto de vista de qué los vegetales realizan un intercambio gaseoso con la atmósfera. En ese caso, al contrario de lo anterior, respiran de la misma forma que los seres humanos, aunque en líneas generales es mayor la cantidad de oxígeno que la de dióxido que liberan.