Una de las preocupaciones constantes que tenemos todos los amantes de la jardinería, tiene que ver en efecto con que el suelo que le proponemos a las plantas sea el mejor posible. Por eso, queremos enseñarte a continuación cuáles son las características que debería tener la tierra en nuestra casa a fin de ser condescendiente con la mayor cantidad de especies vegetales posibles.
Para ello, vamos a analizar algunas de las particularidades del que podríamos denominar el suelo ideal, de forma que comenzamos diciendo que tendrán que ser suelto, es decir, ni arcilloso ni arenoso, además de profundo, que no tenga roca debajo, y claro, completo en cuanto a su materia orgánica para que las plantas puedan obtener de éste todos los elementos que necesitan, en cuanto a nutrientes.
Más allá de que obviamente el drenaje también resulta de lo más importante, tienes que tener muy en cuenta el pH, que debe ser de entre 6 y 7 puntos. Por lo demás, si ves que el suelo es arcilloso o arenoso, puedes soluciona ese problema mediante la utilización de arena y materia orgánica en el primer caso, o de tierra arcillosa en el segundo de ellos.
Otro de los inconvenientes normales del suelo tiene que ver con los problemas de drenaje. En este caso, verás que si la tierra en la que tienes las plantas se suele encharcar con demasiada facilidad, pueden hacer falta algunos retoques. Estos tienen que ver con instalar los tan famosos tubos de drenaje, o por qué no, realizar algunas pendientes en el suelo en general para evitar los acumulamientos de agua.
Muchas personas, en cambio, optan por solucionar el problema del drenaje de la mano de los dos que hemos mencionado anteriormente, utilizando tanto arena como materia orgánica, y logrando de esa forma que el suelo quede más aireado.