Son muchas las personas que consideran a las rosas como imprescindibles en un jardín. Pero las rosas son flores que pueden volverse difíciles de cultivar, además de tener la capacidad de atraer diferentes plagas. Si bien existen algunos puntos que no se deben descuidar, tener buenas rosas no es una tarea imposible.
Hoy nos referiremos a las cosas que debes y a las que no debes hacer para tener un jardín lleno de rosas, ya sea en enredaderas, miniaturas o trepadoras.
En primer lugar será necesario cavar profundo y brindarle a la planta una buena cantidad de materia orgánica o harina de hueso a la tierra. Para eso deberás realizar un agujero de 60 centímetros de profundidad y de anchura. En el caso de que vayas a plantar rosas a raíz desnuda deberás formar una especie de cono en la tierra para que las raíces puedan crecer hacia la profundidad.
No debes colocar los rosales demasiado juntos, ni demasiado cerca de un muro o debajo de un árbol ya que necesitan de mucho espacio, sol y aire. El sol de la mañana le resultará mucho mejor que el de la tarde, ya que las hojas se secarán más rápido del rocío evitando la humedad y la aparición de hongos, además de quemar menos por su intensidad.
El suelo donde coloques tus rosales debe tener tierra neutra o ligeramente ácida, que tenga grandes cantidades de materia orgánica y un buen drenaje. En el caso de que la tierra sea alcalina podrás colocarle un abono específico para las rosas.
Si vas a trasplantarlas te aconsejamos no colocarlas en el lugar donde anteriormente haya habido rosas ya que es posible que la tierra este ‘desgastada’ y no sea apta para estas plantas, en el caso de tener que hacerlo lo ideal sería remover y cambiar la tierra hasta una profundidad cercana a los 45 centímetros.
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