Las poinsettias, o más conocidas como las flores de Pascua, son las auténticas protagonistas de los hogares de todo el mundo cuando la Navidad se acerca. Hay que remontarse a los años 50 para conocer la base de su éxito. Fue en aquella época cuando los agricultores alemanes fueron capaces de cultivar las primeras plantas de poinsettias que florecían en habitaciones cálidas. Desde ese momento, esta planta entró a formar parte de la vida de las personas en la temporada de Adviento y Navidad. Aunque el color principal es el rojo, las plantas pueden ser encontradas en otras muchas tonalidades, pero todas ellas requieren de los mismos cuidados.
Sí que es importante decir que se trata de una planta muy delicada, por lo que es necesario conocer bien algunos consejos que nos ayudarán a que se mantenga viva durante mucho más tiempo.
El lugar ideal
Para que no se marchite, la planta necesita gran cantidad de luz natural. Por este motivo, colocarla al lado de una ventana puede ser la mejor solución para ello. Que reciba luz directa del sol no supone ningún problema.
También está el tema de la temperatura, que debería oscilar entre los 15ºC y los 22ºC. Cuando se airee la habitación, es importante asegurarnos de que la planta no queda atrapada en una corriente de aire frío. Cuando la ventana esté abierta, es recomendable cambiarla de sitio.
Para mantener la poinsettia en perfectas condiciones, hay que colocarla en un lugar cálido, con luz y que esté protegido contra las corrientes de aire.
Agua a temperatura ambiente
Regar es otro de los aspectos más importantes y que requiere de cierta sensibilidad. Es recomendable que la tierra esté algo seca que demasiado mojada. Si esto último ocurre, podría producirse el anegamiento causando la sofocación de las raíces.
Debido a lo comentado, hay que evitar que la planta tenga más agua de que la tierra pueda absorber. Se recomienda remover el exceso de agua que esté en la maceta o platillo que dure más de 15 minutos.
En cuanto al aire de la habitación, si este es seco o si la planta está situada al lado de un sistema de calefacción, sería necesario regar cada día. Normalmente, no es suficiente con usar la regadera cada dos o tres días. Si las raíces de la planta se inundan con agua durante unos minutos, la planta no necesitará más riego. El tamaño del tiesto también juega un rol importante: las macetas pequeñas requieren ser regadas más a menudo que las grandes.
Las poinsettias pequeñas deberían ser controladas cada día. Elevar el tiesto es una forma para obtener una aproximación sobre la cantidad de humedad que hay en él. Si la sensación es de ligereza, es momento de regar de nuevo. Y una cosa más: las poinsettias prefieren siempre agua a temperatura ambiente.
Consejos de compra
Las poinsettias prometen un disfrute especialmente largo si son tratadas con cuidado durante el camino desde el centro de jardinería o semillero hasta casa. La calidad de la planta es buena si los pequeños brotes amarillos entre las coloridas brácteas – las flores actuales – siguen pareciendo apretados. Las plantas sanas tienen las brácteas intactas y no están expuestas a corrientes de aire de la entrada de la tienda. Las plantas deberían ser siempre envueltas en papel para el viaje hacia casa. La exposición a corrientes de aire o a temperaturas inferiores a 12°C causarán un daño que, a pesar de no ser visible a primera vista, podría provocar que la poinsettia vaya soltando sus hojas poco después de ser traída a casa.