Controlar los gusanos cornudos gusanos cornudos del tomate es una de las pesadillas de los agricultores. Tanto esfuerzo diario no debe ser arruinado por estas pequeñas criaturas que devoran todo lo que se les interponga a su paso.
Prevención, clave para controlar los gusanos cornudos
Este pequeño anélido es de gran tamaño para su especie, es de color verde intenso, con protuberancias (“cuernos”) y con un voraz apetito que parece nunca detenerse. En otoño, los productores agropecuarios deben comenzar a tomas medidas para que este pequeño demonio no termine con el fruto de su trabajo. Saber controlar los gusanos cornudos es esencial, pues las pérdidas producidas año a año son muy elevadas y son capaces de arruinar meses y meses de desvelos.
Estas “máquinas trituradoras” de tan solo 4 pulgadas (10,16 cm) de largo son las larvas del colibrí o de la polilla esfinge, quienes, como por arte de magia, revolotean al atardecer entre las flores bebiendo néctar. Buscan las plantas de tomates para depositar sus huevos, de los que nacen luego los gusanos cornudos. Después de que el gusano cornudo se hace un festín con las plantas de tomates, excavan la tierra donde permanecen en letargo durante todo el invierno y se despierta en primavera, emergiendo como una radiante mariposa.
El hecho de que el gusano cornudo del tomate pase el invierno bajo tierra es un dato que debe tenerse en cuenta al momento de planificar cómo combatirlo. Es precisamente allí donde deben ser atacados. Muchas otras plagas de los vegetales del jardín también pasan los meses más fríos bajo tierra, incluso los barrenadores del tallo del calabacín, los escarabajos de la papa de Colorado, los gusanos del repollo, los escarabajos del pepino.
Generalmente los insectos se alojan 2-10 pulgadas (5,08 -25,40 cm) por debajo de la tierra. Saber dónde las plagas van en invierno puede ayudar a interrumpir su ciclo vital. El otoño y comienzos del invierno es la época clave para entrar en acción.
¿Has podido controlar los gusanos cornudos con estos consejos?