Cuidados de los Ficus

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Los Ficus son indudablemente una de las especies más buscadas por las personas que buscan tener sus jardines bonitos, sobre todo en Sudamérica y algunas zonas de España. Sin embargo, más allá de los mitos acerca de sus cuidados más bien pocos y sencillos, hay ciertos elementos que se deben tener en cuenta siempre que querramos ofrecerle a estos seres vivos una mejor calidad de vida de la que resisten.

Por ejemplo, la luz y la posición en la que ubicamos a los Ficus es uno de los elementos que debemos considerar en cualquier caso. A niveles generales, podemos decir que estos árboles requieren de una buena luz, de sol indirecto al menos unas tres horas al día, y mejor aún si podemos mantenerlos alejados de radiadores, sobre todo en invierno, y de corrientes de aire, más que nada en verano.

La temperatura a la que los mantenemos es otro de los elementos que puede afectar negativamente a los Ficus. En tal sentido, debemos decir que hay que intentar mantenerlos siempre entre los 15º y los 21º C de temperatura ambiente para que puedan desarrollarse con total normalidad, de forma que en invierno conviene ponerles una red o algo por encima, para que se encuentren bien protegidos.

Como siempre, el riego es otro factor a pensar cada vez que tengamos un Ficus en casa. Concretamente, estos árboles requieren de un riego de tipo moderado, que nos permita dejar la capa superior seca en sus tres centímetros más superficiales, antes de volver a echarle agua. Además, al mismo tiempo, conviene que vayamos rociando sus hojas también con líquido.

Para finalizar, algunos otros detalles a considerar en este sentido están relacionados con el abono, que es mejor realizarlo cuando las plantas están bien enraizadas; la diferencia de riego, que debe crecer considerablemente en verano; y su tierra, que conviene siempre que sea de compost con una pequeña cantidad de marga.

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