El Palmito, perteneciente al género Chamaerops, es una planta absolutamente particular, sobre todo si partimos de la base de que se trata de la única palmera silvestre europea que se conoce hasta el momento, cuando la mayor parte de este territorio ya ha sido explorado, y como tal, aporta algunas características a nuestro jardín que en todo caso, sólo podríamos igualar mediante ejemplares traídos desde otras partes del mundo.
Se trata, en concreto, de una palmera muy tupida, que si bien no alcanza grandes alturas sí tiene una parte subterránea muy desarrollada, por lo que uno de los primeros cuidados que debemos tener en cuenta a la hora de adquirirla, está justamente relacionado con la necesidad del espacio para sus raíces, por lo que siempre conviene que busques algún sitio de dos o tres metros cuadrados, presumiblemente el centro de tu jardín, para ubicarla.
Otro de los aspectos centrales que debemos considerar en el caso de adquirir un Palmito, es que debe ser ubicado, necesariamente, en un sitio donde los rayos solares lo alcancen durante todo el día, ya que se trata de una especie que tiene pocas chances de sobrevivir a temperaturas cercanas a los 5º C, y si sabemos que indefectiblemente en invierno puede haber heladas, conviene que las cubramos con una bolsa plástica de las que se venden en jardinería para estos fines.
En cuanto al suelo, una de las ventajas del Palmito es que no es para nada exigente. De hecho, un jardín con buena tierra y buen drenaje, pero sin ningún otro agregado particular, le es suficiente para desarrollarse de forma correcta. Luego. Sí debemos estar atentos al riego, considerando en este sentido que cuanto más reguemos la planta, será más esbelta, y cuanto menos lo hagamos, será más baja y tupida.
Para finalizar, en cuanto al abono, será suficiente con un abono anual, que por lo general debieras realizar sobre absolutamente todo el jardín.