Los rosedales, ya sea que los hayamos heredados al comprar alguna casa o departamento, o que los hayamos formado nosotros mismos, son una variante más que interesante para nuestros jardines. Sin embargo, si queremos asegurarnos de que vivan en buen nivel, debemos tener en consideración algunos cuidados interesantes, los que nos permitan ofrecerle una mejor calidad de vida.
Por ejemplo, cuando pensamos en plantar los rosedales, uno de los elementos que nunca se pueden descuidar tiene que ver, directamente, con que es mejor trazar una línea con varios idas y vueltas, que podríamos definir como un zig-zag, y a partir de allí, obtener un efecto visual bastante más bonito que de costumbre, sobre todo cuando las plantas crecen, y en comparación con las que han sido plantadas en hileras.
Del mismo modo, el suelo es otro elemento a considerar en estos casos, y conviene siempre contar con suelos profundos que se deberán enriquecer con abono orgánico una o dos veces por año. En cuanto a la cantidad de rayos solares que deben recibir, en tanto, conviene que las ubiquemos en climas cálidos, donde la sombra tenga alguna llegada durante el día, y en lo posible, protegidos del viento.
La fertilización es otro de los aspectos que debemos cuidar en estos casos. Concretamente, aconsejamos que la misma se lleve a cabo dos veces al año, con un fertilizante completo durante el invierno y con abono orgánico durante el verano, o de acuerdo a las indicaciones que algún especialista pueda llegar a ofrecerte en estos casos.
Por último, están las consideraciones que debemos tener para cuando una rosa se encuentra marchita. En estos casos, conviene siempre cortarlas, de modo que quede espacio para las rosas que están en crecimiento. Esto se debe a que si se deja en las ramas es muy probable que consuman la energía que las otras flores necesitan.