Muchas de las personas que deciden cambiar los suelos de su hogar se plantean la misma duda: ¿qué tipo de revestimiento es el más adecuado? Con tantas opciones en el mercado entre las que poder elegir, es lógico hacerse esta pregunta.
Mientras que para zonas como el baño y la cocina elegir baldosas es lo más obvio, cuando se trata del resto de la vivienda es habitual no saber si la mejor opción es instalar una tarima flotante, colocar suelos laminados o decantarse por suelos vinílicos. Y es que, todos estos tipos de suelos tienen sus propias ventajas e inconvenientes.
Hoy te ayudamos a tomar una decisión contándote en qué se diferencian estas diferentes clases de suelos, que además podrás encontrar en Click Tarima, empresa líder en el sector de los pavimentos.
Suelos laminados: características más destacadas
Los suelos laminados o parquets laminados son un tipo de revestimiento que se fabrica con varias capas de materiales, los cuales provienen de la madera y otros elementos sintéticos, siendo la capa base de fibra de alta densidad. La capa superior es la que tiene el diseño, y ofrece multitud de posibilidades, pudiendo imitar los suelos de madera, los de cerámica o incluso el hormigón, entre otros.
El suelo laminado se ha ganado su popularidad gracias a que es muy fácil de mantener y a que su limpieza también es muy sencilla. Pero además, existen varios tipos de laminados que se pueden clasificar en función de la resistencia y durabilidad que tienen frente a la abrasión. Sin embargo, cuanta más resistentes sean, su precio también aumentará, aunque este tipo de revestimiento de suelo es una de las opciones más económicas del mercado.
Entre sus inconvenientes, la mayoría de los suelos laminados no son adecuados para instalarse en zonas con mucha humedad, pues no son resistentes al agua. En los últimos tiempos, algunas marcas utilizan un revestimiento antihumedad para solventar este problema.
Tarimas flotantes: ¿qué las hace especiales?
La tarima flotante es un tipo de suelo fabricado con madera que se caracteriza por su sistema de instalación de machihembrado, lo que hace que se pueda colocar rápidamente y sin apenas tener que hacer obras. De hecho, se puede poner sobre cualquier tipo de superficie previa sin necesidad de pegarlo, incluso cuando no esté nivelada. También existen algunos suelos laminados que se encajan en esta categoría, por utilizar el mismo sistema de encaje.
Como no es necesario emplear herramientas sofisticadas para su colocación las tarimas flotantes tienen menos gastos de mano de obra. Por otra parte, como necesita menos madera para su fabricación, esta clase de revestimiento tiene un impacto menor en el medio ambiente, lo cual es aún más destacado en las marcas que utilizan materias primas recicladas.
Las láminas se elaboran con capas de distintas maderas, nobles o duras, que ofrecen una gran resistencia al roce y al desgaste, pero con el paso del tiempo pueden verse afectadas por los cambios de temperaturas en los climas extremos. Del mismo modo, tampoco son impermeables, por lo que hay que tener cuidado con el agua.
Suelos vinílicos: ¿cómo son?
Por su parte, el suelo vinílico es un revestimiento plástico muy asequible, que es fabricado a partir de PVC (policloruro de vinilo), que puede imitar a una infinidad de materiales, como la madera, la cerámica, el hormigón o el mármol entre otros. También hay suelos vinílicos más rígidos o flexibles y más o menos gruesos, para que puedan adaptarse a todo tipo de necesidades.
Este es un material ligero, sintético e inocuo que puede ser instalado sobre todo tipo de superficies. Por eso, al igual que ocurre con las tarimas flotantes, su colocación es de las más rápidas. Otro punto en común con las tarimas flotantes es que este tipo de suelo suele tener un sistema de instalación de click muy práctico.
Lo que hace especial a estos suelos y los diferencia de las otras dos alternativas es que es impermeable, por lo que pueden ser instalados en cualquier parte del hogar. Pero aunque son muy resistentes y durables, su principal inconveniente es que no ofrecen la calidez y aspecto elegante más propio de otras clases de revestimientos.
Entonces ¿qué tipo de suelo debes elegir?
Elegir entre suelos laminados, tarimas flotantes y suelos vinílicos dependerá de lo que verdaderamente necesites y del presupuesto que tengas para cambiar tu suelo. De esta forma, las opciones más económicas son los suelos laminados y los vinílicos, pero si buscas la calidez de la madera natural, entonces te compensará pagar un poco más y escoger la tarima flotante.
Todos estos revestimientos ofrecen una gran durabilidad, pero si necesitas que sean especialmente resistentes a las abrasiones, entonces los suelos vinílicos no serán los más indicados. En cambio, si la superficie a cubrir se encuentra cerca del agua o de la humedad, la mejor idea es optar por un suelo vinílico.
Si vives en zonas con cambios de temperaturas extremos o donde haga mucho calor, tanto la tarima como el suelo vinílico se verán afectados. Por lo tanto, el clima y las temperaturas altas son otros factores que deberás tener en cuenta a la hora de seleccionar el tipo de suelo.
Esperamos que con toda la información que te hemos proporcionado puedas tomar la mejor decisión, pero si aun así tienes dudas, no dudes en consultar a los expertos de Click Tarima, instaladores y vendedores de suelos de la mejor calidad.