Uno de las manifestaciones artísticas japonesas más bonitas son los bonsái. Su belleza se ha extendido por todo el mundo contando con muchos adeptos y seguidores. Las especies elegidas para su creación adquieren una delicada estructura y su tamaño les permiten volverse ideales para la decoración.
En la mayoría de los países podemos encontrar viveros que se han especializado en su creación, permitiendo ver todo tipo de árboles, algunos de ellos exóticos. En la actualidad tener un bonsái no es tan costoso como lo eran los típicos japoneses.
A partir de este artículo te iremos contando algunas pautas fundamentales por si te interesa el arte del bonsái, el cuál ayudará a relajarte y tener un pasatiempo compuesto de técnicas sencillas. Lo principal, como todo en la vida, es tener mucha paciencia.
El arte oriental del bonsái tiene sus orígenes en China, esto ha quedado demostrado en los registros históricos de la Dinastía Tang (618-906 a.C.), en esa época el arte era conocido como Pen Jin, en ese momento se podían ver pequeñas reproducciones de ciruelos, pinos, cañas de bambú y otros árboles de tronco leñoso.
Se solían cultivar los árboles que se encontraban en el monte, los cuales eran podados delicadamente para darle una forma original. Con el paso de los años el arte se volvió mucho más popular, esto sucedió en la Dinastía Sung (960-1279 d. C.), la popularidad fue tal que se extendió hasta Japón de manos de la secta Zen, quienes sostenían que al cultivar estos árboles en miniatura se acercaban más y más a su dios.
El arte cambio su nombre comenzándose a denominar bonsái: ‘bon’ significa bandeja y ‘sai’ significa planta, también se fueron creando técnicas más especializadas para la creación de las nuevas especies.
Esperamos que te hayan gustado estos datos curiosos vinculados a la historia de los bonsai, te invitamos a leer los próximos artículos en los que nos referiremos a un arte tan especial y gratificante.