Seguramente en alguna ocasión hallas escuchado hablar de los muchos usos medicinales de las flores silvestres, y sin embargo, la mayoría de las personas no tiene en claro cuándo comenzaron a ser utilizadas, ni tampoco de qué forma se aprovechan actualmente.
Flores silvestres en la medicina, ¿desde cuándo?
Seguramente, la mayoría de nosotros ha escuchado hablar de las Flores de Bach y probablemente tengamos la idea de que se las emplea con fines medicinales. Sin embargo pocos saben que se trata de flores silvestres -no de invernadero- y que lo que se utiliza de ellas es el rocío de sus pétalos. Se las denomina de esta forma en homenaje al médico inglés Edward Bach, quien siendo bacteriólogo y homeópata descubrió las propiedades curativas de estas flores allá por la década del ’30.
Beneficios y usos de las flores silvestres
Del rocío de estas flores silvestres resultan preparados que se utilizan principalmente para curar o ayudar en la mejoría de quienes padecen desórdenes afectivos. Sabido es que los problemas emocionales condicionan a la personalidad, llegando a provocar un desgaste físico y aún enfermedades muchas veces graves. Sentimientos tales como odio, temor, resentimiento o una falta de interés en general son los que pueden mejorarse o eliminarse a través de la administración de estas sustancias.
Lo que logra la administración de estas esencias extraídas de flores silvestres es ayudar a quienes sufren dolencias psíquicas a enfrentar las vicisitudes de la vida con un ánimo más positivo logrando así obtener una mejor calidad de vida. Como la mayoría de los compuestos homeopáticos estas sustancias no poseen contra-indicaciones ni causan efectos secundarios. Pueden ser ingeridas con medicación alopática por lo que pueden superponerse a cualquier otro tratamiento convencional.
Pocos saben además que estos preparados pueden ser utilizados no sólo por los seres humanos sino también por los animales, en aquellos casos en que hayan sufrido eventos estresantes como accidentes, maltratos etc. Se ha probado ya con animales domésticos como gatos y perros y aún con pájaros.
¿Son terapias realmente efectivas?
La efectividad de estas terapias alternativas suele demorar años en ser reconocida por las autoridades médicas tradicionales quienes acostumbran mostrarse escépticas acerca de la capacidad curativa de este tipo de terapias naturales. En el caso de las Flores de Bach, terapia que como dijéramos está basada en la utilización de sustancias producidas por flores silvestres fue reconocida hacia fines de los ’70 por la Organización Mundial de la Salud. Hoy día, tanto la F.D.A. (Food and Drug Administration) de los EE.UU. y el Departamento de Salud Pública del Reino Unido han avalado la capacidad terapéutica de estas esencias.
La pregunta fundamental es ¿cómo funcionan estas sustancias? Primeramente se debe determinar la existencia de un padecimiento psico-afectivo que provoque luego una dolencia física. Para esto, el especialista debe conocer la psiquis del paciente de manera tal que pueda luego elegir la esencia que sea más efectiva para sanar la mente y el cuerpo del paciente.
¿Cómo funcionan las esencias a partir de las flores silvestres?
Uno de los datos esenciales para comprender la acción de estas flores silvestres es saber que no operan por reacción bioquímica -al estilo de la medicina alopática- sino por energía vibracional. Las flores entregan energía vital que ingresa a los meridianos energéticos del ser humano, eliminando la desarmonía que agobia al enfermo.
Las esencias se elaboran a partir del llamado por Bach «Método del Sol”. Muy temprano en la mañana y bajo los primeros rayos de Febo se cortan las flores silvestres a utilizar y se colocan en un bowl de cristal transparente con agua mineral, hasta la mitad. Esto se deja al sol por unas tres o cuatro horas. Así, las flores transmiten al agua -por la acción de la luz- su esencia terapéutica. Luego, se cuela el contenido del bowl y el líquido se vierte en un frasco con cognac de buena calidad. A este preparado final se lo conoce como «tintura madre floral».
Algunas de las flores de Bach más conocidas son el acebo, que se utiliza para deshacer los sentimientos de ira e insatisfacción; la aulaga para la falta de esperanza: el agua de roca que combate el perfeccionismo y la estrictez con uno mismo, la avena silvestre para la insatisfacción y la búsqueda de un propósito en la vida y el haya, utilizada para la depresión reactiva.
Para los escépticos, se debe tener en cuenta que esta terapia cuenta con centenares de casos clínicos exitosos comprobados, lo que da cuenta de la efectividad y la seriedad del descubrimiento del Dr. Bach.