El Citrus Limon, como se llama científicamente el clásico limonero, es un árbol que puede convertirse en un perfecto aliado de todos los que amamos nuestros jardines, y que sin embargo muchas personas olvidan a la hora de plantar especies en sus casas. Sucede que a partir de características como hojas perennes, de color verde, aromáticas y con espinas, es que recomendamos estos árboles.
Sus frutos
Claro, la primera razón para tener un limonero en casa es que vamos a tener limones siempre que queramos, o casi siempre. En cuanto a las características de esta fruta, debemos decir que se trata de un fruto cítrico, muy rico en agua, que tiene pocas calorías, y nada de colesterol ni grasas. Para colmo, consumido en la mañana, en ayunas, se supone que limpia el estómago de los seres humanos de gran forma.
Por si esto fuera poco, los especialistas indican que un vaso de apenas 100 milímetros de jugo de limón, aporta al ser humano dos tercios de la vitamina C que se recomienda incorporar en el día. Una vez en nuestro organismo, el limón -o su jugo- ayuda a absorber el hierro de los alimentos, por lo que nos ofrece una mucho mayor energía para nuestras actividades de todos los días.
Cuidados principales
Volviendo a lo que es el árbol en sí, debemos decir que es especialmente sensible a las heladas, por lo que tenemos que cuidarlo sobre todo en los meses de invierno. Además, algunas de las enfermedades que pueden llegar a afectarlo son la gomosis y la fumagina. En general, también necesita de que el sol le de de pleno,y y tienes que fijarte que el agua que le ofrece no sea demasiado salada, pues puede matarlo.
Poda y cosecha
Los últimos dos elementos a destacar acerca del limonero son la poda y la cosecha. Con respecto a la primera, debemos decir que las tareas de limpias y poda son muy importantes para prevenir las enfermedades que pueden afectar al limonero. Sobre la cosecha, es interesante concluir que hay que separar el fruto de la planta con mucho cuidado, siempre entre los meses de junio y marzo.
