Los peligros del exceso de abono

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La jardinería es una de las pocas cuestiones en la vida en la que muchas veces conviene que falte y no que sobre. De hecho, te hemos explicado en numerosas ocasiones cómo siempre es mejor para la planta que la riegues de menos y no de más, porque de ese modo vivirá menos tiempos. En el caso del abono sucede algo parecido, y lo mejor que podemos hacer, es tener cuidado de no pasarnos para no dañarlas.

Lo primero que debes considerar en este sentido, es que añadir más abono de lo que un ejemplar necesita puede comprometer la salud no sólo del mismo, sino de todos los elementos que forman parte de su mismo ecosistema. Para entender cuándo esta situación se está dando, conviene además que estés atento a algunos síntomas importantes, como por ejemplo las hojas quemadas, amarillentas o marrones.

Considerando además que, normalmente los abonos son utilizados para dar a la planta los nutrientes que requiere, es bueno que no nos pasemos de los límites, ya que si cambiamos el pH del suelo, y lo volvemos más ácidos, podemos llegar a afectar la vida de todos los componentes orgánicos que se encuentran en sus cercanías.

Por este motivo, siempre y cuando necesites corregir este problema enfocado en el exceso de abono, debes pensar que una buena solución es cambiar algo del sustrato de la planta, de modo que puedas rebajarlo un poco. Para ello, puedes dejar la planta sumergida en agua por media hora, y luego quitarle todo el abono que veas a mano.

Cuando lo hayas hecho, escurre bien la planta antes de devolverla a la maceta, y espera algún tiempo, normalmente el doble de lo que solías esperar antes, para agregarle nuevamente abono. La próxima vez que vayas a agregar abono por primera vez a una planta, luego, sigue atentamente las recomendaciones al respecto.

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