En el artículo anterior nos hemos referido a lo importante que es cuidar a las plantas del calor mediante su riego, hoy nos referiremos a lo fundamental que es protegerlas de la exposición directa a los rayos solares.
Los rayos solares pueden terminar deteriorando o quemando las flores, hojas y diferentes partes. Conviene ubicarlas en sitios luminosos pero que no reciban el sol directamente. Si esto sucede puedes cubrirlas con una tela de sombra que actúe como filtro.
Una manera de proteger a las plantas de maceta del excesivo calor es cubrir la cara externa con una tela de brezo. Si la maceta va a estar expuesta muchas horas podrás colocar un tiesto en su interior para la tela reciba el calor más intense. En todos los casos se pueden mover las macetas de las paredes, ya que éstas irradian mucho calor cuando están expuestas a las altas temperaturas.
Los jardines pueden tener sus suelos con un gran acolchado de materia orgánica, corteza de pino, restos de poca. Así se podrá retener la humedad y evitar que la superficie se recaliente.
El verano es una estación en que las enfermedades y plagas aparecen con más fuerza. Por eso es fundamental revisar todas sus partes y actuar cuando se vea la menor señal.
Con el calor las plantas suelen requerir mayores cantidades de nutrientes, especialmente en la etapa de la floración. Por eso se aplican abonos y fertilizantes. El tipo y la cantidad dependerá de los ejemplares.
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