En latín Ficus quiere decir ‘higo’, el mismo pertenece a la familia Moraceae, se estima que existen más de 900 especies. Sus hojas pueden ser perennes o caducas, e muchas ocasiones, si está colocado en el exterior, puede convertirse en un frondoso árbol.
Tiene sus orígenes en las zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo. Estas plantas tienen la ventajas de adaptarse fácilmente a distintos climas, en especial el del Mediterráneo. Suele usarse para decorar los jardines públicos ya que es de fácil cultivo.
Es ideal que reciban una buena iluminación, pueden colocarse sin ningún problema a pleno sol. A pesar de eso existen algunas excepciones, como el Ficus pumila que no deben exponerse al sol por tratarse de un ejemplar del interior.
El sustrato ideal para el ficus debe ser suelto y tener una importante cantidad de turba y materia orgánica. Con respecto al riego debemos decirte que no soporta el exceso de agua, en estos casos se genera una caída de las hojas inferiores. Únicamente durante el verano requieren recibir una buena cantidad de agua.
Las flores de los ficus son muy pequeñas, sólo aparecen en los ejemplares viejos, éstas no cuentan con ningún valor ornamental. Los frutos de los ficus son grandes, con una forma de pera.
Si bien el método de multiplicación más usado para los ficus es por esquejes también puede hacerse por semillas. Siempre que se vayan a realizar los esquejes las temperaturas deben ser elevadas.
Si quieres tener un ficus dentro de tu casa te aconsejamos adquirir un ejemplar de la especie ficus ‘amstel king’. Se caracteriza por formar un pequeño arbolito con hojas perennes alargadas que terminan en punta. Sus hojas son de un bonito color verde brillante. Solo requerirá de abundantes riesgos durante el verano, en invierno bastará mantener el sustrato un poco húmedo. Puede abonarse dos veces al mes cuando se encuentra en la etapa de crecimiento.
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