En el momento de salir a comprar plantas se deberán tener en cuenta algunos parámetros, en este artículo nos referiremos a ellas. Es fundamental que se elijan las plantas que se adapten a las condiciones de la casa.
Lo ideal es adquirirlas en tiendas especializadas, como vivero o floristerías, además de conseguirlas a precios más económicos estarán mejor cuidadas y preparadas. Lee las etiquetas de las plantas descartando las que puedan llegar a ser venenosas o tóxicas si tienes mascotas.
Tampoco deberás comprar las que tengan hojas marchitas o amarillentas, con bordes resecos o con agujeros en las hojas. Deberás mirar las hojas de ambos lados para verificar que no existan síntomas de enfermedades ni hongos. Este punto es muy importante ya que si llevamos a nuestro jardín una planta enferma podremos contagiar el resto.
Evita adquirir plantas con tallos que sean muy largos o débiles o desnudos de hojas. La planta debe ser proporcionada a simple vista, su parte aérea debe tener el mismo tamaño que su maceta. Las raíces de las plantas tienen que ser de tono claro, abundantes (un síntoma de salud y buen crecimiento). Descarta las plantas que tengan raíces muy oscuras o blancas, signos de pudrición por vivir con exceso de agua.
Normalmente tenemos la inclinación a elegir los ejemplares más grandes, pero en realidad una buena medida sería escoger las plantas más pequeñas, con brotes nuevos, ya que además de ser más económicas se podrán adaptar a las nuevas condiciones de tu jardín, los ejemplares más grandes llevan más tiempo en el vivero y el cambio puede perjudicarlas.
En el caso de las plantas con flores es preferible las que tengan muchos capullos que las que ya tienen flores abiertas.
Nunca elijas ejemplares cuyas raíces asomen por el agujero de drenaje de la maceta ni las que salgan por la tierra de la superficie. Esto nos permite pensar que la planta lleva mucho tiempo dentro de la misma maceta.