Cultivar vegetales está de moda. La crisis y la necesidad de las personas de saber concretamente con qué se están alimentando son algunas de las causas que nos llevan a tener huertas en nuestras propias casas. Sin embargo, a veces con la intención no alcanza, y si no tenemos el espacio necesario, conviene buscar algunas alternativas interesantes, como sucede por ejemplo en el caso de las macetas.
En concreto, lo básico que debes tener en cuenta en este sentido es que no es necesario tener una parcela muy grande de tierra para cultivar verduras frescas, ya que una buena cantidad de especies no tienen inconvenientes en amoldarse a crecer en macetas. Entre ellas, por ejemplo, podemos mencionar las zanahorias, los rábanos y la lechuga, u otros como los tomates y los pimientos.
Otra cuestión sumamente positiva en estos casos tiene que ver con que podemos utilizar prácticamente cualquier elemento para funcionar como macetas o contenedores, como por ejemplo baldes, cubetas, cestos de alambre, canastas, etc. A partir de allí, eso sí, será necesario tener algunas consideraciones muy particulares.
Entre estos elementos que debemos considerar, está por ejemplo el color del recipiente. El caso es que si es oscuro, puede que absorba el calor más de lo necesario y las raíces de la planta se echen a perder. Fuera de ello, el drenaje también es necesario considerarlo, ya que es debe tener agujeros el contenedor en su base o parte inferior.
Por otro lado, como es obvio el tamaño también juega un papel preponderante en estos casos, y se considera que en la mayoría de las situaciones, se debe utilizar un recipiente de 15 litros para cada planta. Además, conviene siempre que utilicemos el suelo en huerto, formando el mismo con mezclas para macetas, algunas de las cuales incluso vienen hechas.