El Jacinto de Agua es una de las plantas acuáticas más comunes que existen, al punto de que son de las más utilizadas dentro del género Eichhornia y de la familia de las Pontederiáceas, aunque existen ciertos cuidados que debemos tener en cuenta para asegurar una vida prolongada y saludable a estas especies, sobre todo cuando es la primera vez que tratamos con diferentes plantas acuáticas.
De esta forma, debemos considerar que los jacintos de agua son plantas acuáticas de hoja perenne que tiene tallos rellenos de aire, gracias a los cuales flota en el agua, siendo justamente sus hojas una de sus características más salientes, ya que son de color verde brillante y con forma de riñón o de corazón, por lo que quedan perfectas si las unimos con otras de colores en nuestro jardín.
Sus flores, en tanto, que suelen ser de color azul, también son extremadamente botinas, y desde luego, recomendables para ubicar en cualquier estanque. Sin embargo, y aunque estas plantas suelen florecer a comienzos del verano, debes tener en cuenta siempre que su florecimiento es uno de los más cortos que existen.
Por ello, es una planta ideal para pequeños estanques, más allá de que siempre conviene vigilarla y controlarla porque se multiplica demasiado fácilmente, algo que es aún más probable cuando tiene un estanque a pleno sol y con el agua templada, situación que igualmente le permite la vida, ya que el frío puede matarla en cuestión de horas, así que en invierno conviene pasar los ejemplares al interior, y devolverlos afuera en primavera.
Por último, debes saber que cuando tenemos un estanque muy rico en sales minerales, estas plantas pueden crecer directamente sobre el agua, pero da mejor resultado si se plantan en el lecho fangoso a unos 20 centímetros de profundidad. En cuanto a su abono, este prácticamente no existe, ya que toma todos los nutrientes de la misma agua, y es sumamente resistente a cualquier tipo de enfermedades y plagas.