Te contaremos acerca de los cuidados y de los cultivos de la lavanda. Tengamos en cuenta que se trata de una planta muy aromática que todos queremos tener en nuestro jardín. Cuando llega el final de la primavera y comienzo del verano florecen muchos tipos de lavandas.
Sin lugar a dudas es una de las especies preferidas de los paisajistas, arquitectos y jardineros. Tiene la ventaja de ser fácil de cultivar, tanto en el terreno como en maceta, soporta los rayos directos del sol, las épocas de sequía y el ataque de las plagas comunes, además es muy fácil de propagar.
La lavanda es una planta semi arbustiva cuyos tallos son leñosos. Sus flores son de color azul violáceo que se usan en la decoración, en la cocina y son muy valoradas por sus propiedades medicinales.
Como la mayoría de las plantas que producen flor la lavanda disfruta de estar al sol. Sin embargo pueden ser colocadas en áreas de semi sombra siempre que durante algunas horas diarias reciba sol directo. La diferencia entre las que se colocan al sol y a la semi sombra es el tono de las hojas y la cantidad de flores que producen. Las ubicadas en la semi sombra tienen hojas más verdes y menos cantidad de flores.
El terreno ideal para la lavanda debe tener arena y algo de tierra arcillosa, con una buena mezcla de minerales. También pueden existir algunas piedrecillas por todo el terreno. La lavanda no soporta el encharcamiento ya que sus raíces pueden pudrirse rápidamente.
En las tierras muy fértiles la lavanda produce menos flores y su fragancia también disminuye. A pesar de esta característica son muchas los expertos que aconsejan usar fertilizantes orgánicos ricos en magnesio y potasio, los que deben colocarse antes de que florezcan.
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