Existen diferentes tipos de plantas carnívoras que puedes tener en tus hogares. Normalmente este tipo de plantas se encuentran divididas en dos grandes grupos: plantas carnivoras tropicales y carnívoras de clima no tropical.
Algunas de ellas, como las Nepenthes y la Caphalotus son bastante difíciles de cultivar, ya que requieren de cuidados muy específicos, además de alta humedad y una temperatura cálida estable. Si quieres tener algunas especies en óptimas condiciones lo ideal es tenerlas en un terrario.
Dentro de las plantas carnívoras no tropicales más comunes encontramos a la Dionaea, Sarracenia, Darlingtonia, Drosera, algunas Pinguiculas, Utricularia vulgaris. Pueden vivir muy bien en climas fríos, en jardines acuáticos o pantanosos.
Cómo aclimatar una planta carnívoras
Cuando adquieres una planta, independientemente de que sea carnívora o no, al cambiar de ambiente puede sufrir un shock. Afortunadamente en poco tiempo logra aclimatarse a su nueva ubicación.
Lo ideal, en un comienzo, es colocarla en un terrario donde reciba alta humedad y calorcito. Los terrarios son armazones de madera cubierto con un plástico transparente o algo parecido. Periódicamente se aconseja sacar la planta durante algunos minutos para que cambien de aire, pero nunca se debe colocar al sol directo. Luego de un mes de aclimatación se podrá quitar la bolsa o terrario y comenzar a tratarla normalmente.
Realizar esta aclimatación es fundamental para evitar que la planta se debilite.
La luz y las plantas carnívoras
Todas las plantas carnívoras requieren de una buena fuente de luz. Cuanta más luz reciban más se podrán disfrutar de sus colores vivos. Por ejemplo, la Dionacea se pondrá más roja. Lo ideal es que reciban al menos cinco horas de rayos de sol directo, especialmente las especies: Dionaea, Sarracenia, Heliamphora, Pinguicula, Cephalotus y Darlingtonia.