Hace algunos días hablábamos del jardín japonés, y por entonces hacíamos hincapié en el hecho de que en todo el mundo, existen distintos tipos de jardines, muchos de los cuales pueden ser particulares en sus características, diferentes a los demás, y que en líneas generales, sirven para diferentes propósitos.
Más allá de eso, el jardín francés es la opción ideal para esa persona que adora tener la parte del fondo de su casa realmente ordenada, pero sin salirse de los esquemas clásicos, ya que este tipo de jardines contempla la utilización únicamente de formas geométricas perfectas, motivo por el cual casi no hay lugar a la imaginación de quien lo planea, y cada cosa está en un sitio por algo.
En cuanto a la historia de este tipo de jardines, debemos decir que los mismos fueron creados, o al menos se consideran los primeros ejemplares, alrededor del siglo XVII, y que según los teóricos y especialistas en la materia, buscaba un mensaje alrededor de la idea de la dominación del hombre sobre la naturaleza, que evidentemente se manifestaba luego en las distintas formas obtenidas.
De hecho, muchas de las grandes construcciones edilicias de la época, cuentan con este tipo de jardines, dentro de un movimiento arquitectónico contextualizador muy favorable. En general, otra características apreciable de los mismos tiene que ver con los caminos que se trazan en el interior de los recorridos, a modo de caminos como laberintos, con formas bien cuadradas, y paredes de arbustos.
Este tipo de jardines, que si tuviéramos que definir en una palabra podríamos explicar por el lado de la formalidad, son realmente bellos a la vista, aunque especialmente pensados para esas personas que no desean meterse demasiado en la generación de los mismos, utilizando rosas, azaleas o tulipas por sobre otras especies de plantas con flores.