Aunque normalmente nosotros nos expresamos en este sitio en forma de tutoriales, como por ejemplo al manifestar las dudas en torno a cómo lograr que un suelo sea ideal para nuestras plantas, muchas veces dejamos de lado en qué se basan las suposiciones al respecto, y es por eso que ahora hemos decidido contarte, de forma concreta, que se supone que sea un buen suelo dentro de la jardinería.
Lo primero que debes tener en cuenta entonces, en este sentido, es que el suelo se evalúa, normalmente, en relación a fertilidad y textura, y que además eso tiene que ver con las distintas especies que colocamos en el terreno, de forma que lo que es un suelo perfecto para un tipo de planta, puede no serlo para otra, aunque también a nivel generales hay mejores y peores suelos.
En este aspecto, considera que un buen suelo debe mantener las cantidades adecuadas de tres elementos de la naturaleza en particular: el nitrógeno, el fósforo y el potasio, que son importantes más que nada para el correcto crecimiento de la planta, como así también para que más allá de lo visual, ésta cuente con todas las propiedades que le permiten acceder a una buena calidad de vida.
De todos modos considera que también es importante que posea, más allá de los mencionados elementos, otros muy importantes como por ejemplo calcio, magnesio, zinc, y demás, que bien puedes agregar a través de componentes orgánicos comprados en sitios especializados para ello, o haciendo los agregados tu mismo.
Como existen plantas con características muy particulares y que podrían ser consideradas como la minoría de ellas, tampoco queremos dejar de señalar que algunos suelos perfectos lo son por ser ricos en arcilla, ya que se trata de un material que contiene partículas tan pequeñas que impiden el paso del agua, del aire y el crecimiento de la raíz.