Hace unos días estaba con un amigo que recién ha comenzado en esto de la jardinería, y al ver la cantidad de agua que le echaba a sus plantas le pregunté que por qué hacía eso, y él me contestó que sería mejor que les sobre líquido y no que les falte. Allí fue que, como muchas vecemos comentamos aquí, tuve que explicarle que en el caso de la jardinería y el riego, es mejor que falte y no que sobre.
Él quería saber sobre todo cuáles serían los problemas si se excediera con el riego, que es evidentemente lo que estaba haciendo. El caso es que suele suceder, en casos como éste, que por exceso de riego, acabamos estresando las plantas y comprometiendo su salud, incluso mucho más que si la regáramos de menos, en cuyo caso podemos recuperarla mediante el uso de un poco más de agua, en los niveles debidos.
Lo básico es que sepas que el agua es fundamental en la jardinería debido a que se encarga de llevar los nutrientes absorbidos por las raíces a la planta. No obstante, eso no quiere decir que a mayor cantidad de agua mejor será el funcionamiento de la planta, sino que al excedernos, los nutrientes quedan en la parte inferior del suelo, y no llegan a las raíces, un fenómeno denominado “lixiviación”.
La cuestión es que además de agua, las plantas necesitan aire. Cuando no hay aire, las raíces de la planta dejan de tener acceso a los nutrientes, y por ende antes o después se pudren. El proceso es similar cuando el agua falta, pero tarda mucho más tiempo, de forma que como decíamos, es mejor siempre que falte agua, y no que sobre.
Otra cuestión a tener en cuenta, es que a pesar de haber analizado el tema y concluir en que uno está poniendo la cantidad de agua exacta que necesita la planta, es que también existe un problema con la lluvia. No en todos lados llueve la misma cantidad ni el agua es igual de espesa, así que debes considerar también esta situación.