Con la llegada del otoño muchos árboles que tenemos en nuestro jardín comienzan a perder sus hojas, esto genera un trabajito extra que debe hacerse casi obligatoriamente.
La clorofila es la encargada de darle el bonito tono verde a las hojas, el mismo es absorbido por las plantas y lo guarda como una reserva para mantenerse viva los meses de poca actividad. Esto sucede cuando comienzan los primeros fríos, por esa razón las hojas se desprenden generando una gran alfombra de distintos y bonitos tonos.
Si bien es cierto que las hojas pueden llegar a proteger al césped de las heladas conservando la humedad pueden traer ciertos inconvenientes.
Las hojas mojadas en que se encuentran sobre un piso enlozado pueden convertirse en una superficie resbaladiza, con todos los problemas que esto puede causarle a una persona. Además, cuando caen sobre los brotes tiernos de los pastos generan que se pudran.
Si pensamos dejarlas en el césped hasta que se conviertan en abono las hojas terminarían asfixiando y matando al césped. La falta de aire y el hecho de no recibir luz puede provocar unas grandes manchas marrones en el césped que, no sólo son antiestéticas, sino que también generan la aparición de hongos, insectos y muchas enfermedades.
Limpiar tu jardín es una tarea que puede volverse fácil si tienes las herramientas necesarias, como un rastrillo o una escoba, bolsas para basura y hasta una aspiradora de hojas. Realiza la limpieza por zonas, barriendo y formando pequeños montones. Puedes recogerlas en bolsas o colocarlas en un composta que hayas confeccionado en tu casa.
Foto | Flickr