A la hora de enriquecer la tierra también se evita en un jardín ecológico el uso de abonos artificiales de los que se encuentran en el mercado.
Nadie abona los bosques, que se nutren de lo que ellos mismos producen y no solo siguen funcionando sino que se enriquecen a si mismos.
Esto también puede hacerse en un jardín ecológico, que es como una pequeña parcela de bosque. Los restos vegetales producidos por el jardín pueden utilizarse para generar compost de forma muy sencilla, pues solo hay que apilar la hierba cortada, los restos de podas, los frutos pasados y todos los restos vegetales posibles en un punto del jardín, bien sea al aire libre o en un recipiente preparado para tal efecto.