Es importante que se lleven a cabo algunos cuidados especiales en los árboles frutales en el otoño. Así podrás disfrutar sus frutos a lo largo del año.
Los árboles frutales
Debemos tener en cuenta que la floración de estos árboles se encuentra relacionada de manera directa con el clima en donde se encuentran los árboles, y esto les permite crecer de forma diferente en base al periodo del tiempo en que se encuentra.
Cuando se está finalizando la etapa de reposo, desde finales del verano hasta el comienzo de la primavera. Para regular el paso por las diferentes temperaturas, la planta empieza a regular el crecimiento y así se establece lo que es más conveniente. En otoño es una etapa en donde se deberá prestar atención a las enfermedades de los árboles frutales.
El otoño y los frutales
Al llegar al frío, el árbol frutal empezará a volverse más susceptible a las enfermedades. El punto que queda al caerse una hoja es el sitio por donde puede entrar perfectamente todas las infecciones. Los árboles de este tipo tendrán una floración vinculada a los climas, además de estar afectados por distintas enfermedades que aparecen en otoño. Afortunadamente podemos evitar estos problemas llevando a cabo diferentes tratamientos.
Es muy importante que se le preste una atención especial a los hongos, ya que pueden resultar muy perjudiciales para los árboles Se pueden emplear diferentes productos que permitan la activación de mecanismos naturales de defensa del propio frutal, estos compuestos suelen ser ricos en cobre. Además, si notas que las hojas caídas están enfermas deberás sacarlas de las cercanía del árbol ya que podrá contagias a otras plantas.
Cultivo de los árboles frutales
Cultivar este tipo de árbol puede llegar a ser muy fácil. De hecho, lo podrás hacer en un espacio muy limitado o en sitios en donde tengas macetas. Bastará contar con un lugar o recipiente que al menos tenga unos 30 centímetros de profundidad. Cuando los árboles ya hayan dado frutos podrás cambiarlos a la tierra o a una maceta que sea unos 5 / 10 centímetros más grande. Si no tienes pensado traspasarlos, recuerda cambiar todos los años una capa de 10 centímetros del mantillo viejo.
En el caso de que estés cultivando un limonero o un naranjo deberás colocar en el fondo una capa de grava, después otra de arena y finalmente la arena. Agrega los fertilizantes que consideres necesarios.
Si piensas cultivar un peral, la mejor época para plantarlo será durante el otoño. Usa un mantillo que sea de buena calidad y que pueda llegar a retener la humedad. Busca un lugar en donde reciba rayos solares, si tiene muchos brotes será necesario protegerlo, abrigarlo de las grandes heladas.
Poda en los árboles frutales
Existen dos formar básicas para podar los árboles frutales, la más común o popular y la que le darás formas guiadas horizontalmente. La forma más común se basa en hacer un armazón con tablas de madera y guiar las ramas a lo largo de ellas creando la forma que se busca. Esta forma es muy común cuando se busca separar dos jardines. Para eso será necesario que los árboles estén separados 1,50 metros entre si . Si piensas usar guías horizontales deberás ir podando las ramas que vayan creciendo en la dirección equivocada. Esta técnica es la más aconsejable para los ciruelos, manzanos y perales. Es en otoño cuando deberás empezar a inclinar las ramas y después atarlas de manera horizontal.
Mediante la poda se conseguirá mantener la planta joven, mejorar la iluminación, y darle aire para mantener su salud. Además, se podrá conseguir un equilibrio en la planta, mejorando la distribución de recursos o sabia a cada una de las ramas en donde nacerán los frutos. También la poda ayuda a estimular la producción y eliminar las ramas que se encuentren afectadas por algunas enfermedades.
Aspectos sanitarios de los árboles frutales
Los árboles frutales son afectados por distintos tipos de bacterias, hongos y virus, que pueden aparecer con mayor o menor intensidad según las condiciones del año en que estemos. Es importante tomar medidas en cada caso para evitar el desmejoramiento de la calidad de los frutos, y disminución de la producción de los mismos.
Se tiene que prevenir las enfermedades evitando que crezcan, ya que de tomar toda la planta, cualquiern enfermedad será más complicada, y el daño causado puede ser importante, en alguno de los casos hasta vital para los pobres árboles.
Para evitar que las enfermedades se propaguen, se tienen que juntar hojas y ramas secas que se caen durante el otoño y retirarlas del lugar. Lo mismo se deberá hacer con las ramas de la poda. También se tienen que juntar los frutos que caen de los árboles secos o momificados. Estos deberán ser quemados o enterrados, así los hongos no afectaran a la misma planta o a otras que estén en la zona.