En este artículo seguiremos hablando de las principales características y elementos que forman un jardín seco o Zen. En la primera parte nos hemos referido a la importancia del uso de arena y la manera en que debe ser colocada. También hablamos de la cantidad de espacio que necesitas si quieres tener uno de estos jardines, que han marcado tendencia en los últimos tiempos. Hoy empezaremos hablando del uso de las piedras.
La manera en que vayas a colocar las piedras es algo totalmente personal, los expertos aconsejan tener presentes algunas pautas, como mantener la forma simétrica y el número impar, preferentemente 3. Además de colocarlas sumergidas ligeramente en la arena, así se dará un correcto impacto visual.
Las formas que iremos dando a la arena con el rastrillo serán las que nos den la imagen de fluidez del jardín y las que representarán la fluidez de nuestras vidas. Podremos hacer líneas rectas y curvas, largas y más cortas. Las curvas y largas serán las encargadas de representar las etapas de agitación mientras que las rectas representan momentos de calma. El rastrillo en la arena debe ser pasado en cada meditación, ayudándonos a contemplar, pensar, una de las grandes ventajas que nos traen este tipo de jardín.
En los jardines secos también pueden colocarse pequeñas plantas, entre las más usadas encontramos las azaleas, los helechos, las magnolias y los musgos. Otra buena opción es el bambú y los pequeños bonsai. Muchos expertos en la materia incluyen al agua mediante fuentes, estanques, riachuelos e incluso pequeñas cascadas, todo ello deberá ocupar un espacio pequeño y bien distribuido.
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