La Mimosa Púdica es uno de las principales arbustos que podemos encontrar en los jardines de toda Europa, y aunque algunas personas puedan conocer todo acerca de ellos, seguramente habrá otras que no tengan ni idea de qué se trata. En principio, podemos decir que se trata de un arbusto muy parecido a lo que podemos llegar a imaginarnos, sin alguna característica demasiado diferencia, pero que se vuelve algo marchito si entiende la presencia de un depredador en sus cercanías.
Incluso, otro aspecto que si es saliente de estos arbustos, tiene que ver con que el leve tacto humano provoca que sus hojas bipinnadas se plieguen para evitar ser arrancadas, lo que le ha permitido ganarse algunos nombres alternativos, como por ejemplo “Sensitiva, Vergonzosa o Dormilona”, sólo una de las razones por las que no podemos dejar de tenerla en casa, y de esa forma, comenzar a interactuar con ella.
Hay que saber acerca de estas plantas, que las mismas son originarias del sur del continente americano, más concretamente de Brasil, aunque sus condiciones de cultivo han permitido su extensión por Europa y Asia. Pertenecen a la familia de las Favaceae, al igual que otros cultivos más conocidos, como pueden ser el guisante o la judía, aunque poseen algunos aspectos que las hacen diferentes, como que tienen una vida de casi cinco años, en la que pueden alcanzar una altura máxima de un metro.
En cuanto a los cuidados que puede llegar a necesitar esta especie, no podemos dejar de mencionar algunos en particular, como por ejemplo sobre la luz. La Mimosa Púbica tendrá que ser directa, y el arbusto va a necesitar, como mínimo, seis horas de luz natural al día para asegurarnos un buen desarrollo.
Finalmente, estos arbustos cuentan además con una enorme capacidad para volverse trepadores, de modo que si queremos ofrecerle buenas posibilidades en este sentido, podemos buscar algunas cañas para ponerle cerca y a las cuales se aferre. De esa forma, las mismas le servirán de guía y favorecerán su crecimiento en vertical.