Ya hemos hablado en alguna ocasión de los distintos tipos de jardín que podemos llegar a encontrarnos, e incluso pensar para nuestra casa, entre los cuales se hallan algunos como el francés o el japonés. En el caso de estos últimos, de hecho, no podemos dejar de mencionar que existen a su vez muchas variedades, hasta cinco importantes, que vamos destacar próximamente.
Por ejemplo, la primera de ellas es el denominado “jardín del paraíso”, que comenzó a ser utilizado en el territorio japonés, como no podía ser de otra manera, en pleno siglo VI, logrando que la rutina se convierta en una un poco menos pesada, a través de la utilización de una especie de isla en medio de una laguna, y un puente arqueado que conecta ambas partes, siendo una postal muy común en los jardines japoneses.
Pero como decíamos, también existen otros realmente interesantes, como por ejemplo en el caso del “jardín de té”, que comenzó a hacerse famoso desde que los monjes locales llevaron este tradicional ritual de beber la clásica infusión al país oriental, a fin de reducir el suelo durante las mediaciones. Se trata de un tipo de jardín que recuerda a la soledad y el envejecimiento.
El “jardín natural” es otra de las interesantes alternativas que tenemos en este sentido, considerando que se trata seguramente de la más simple y económica de todas ellas, ya que no cuenta casi con adornos, y sólo trata de emular la imagen de un bosque natural, lo más semejante posible, apuntando a la paz mental.
Los amantes de los paseos, en tanto, pueden disfrutar igualmente del “jardín de paseo con laguna”, que agrega al anterior algunos elementos clásicos y adornos construidos por el mismo hombre, además de una laguna central.
Finalmente, señalar el caso del “jardín Zen”, que posee más bien poca vegetación, dentro de la cual predomina la arena y las piedras medianas.
