El cultivo de las plantas aromáticas suele convertirse en algo muy gratificante. Al pasar el tiempo y poder usar las diferentes hierbas en nuestra cocina nos llena de orgullo. Tengamos presente que muchas plantas condimentarias y aromáticas tienen sus orígenes en el Mediterráneo, por ejemplo el orégano, la lavanda, la salvia, tomillo, etc.
La mayoría de las aromáticas requieren de dos cosas para su gran desarrollo: mucho sol y suelos que tengan un buen drenaje, evitando los suelos que se encharquen.
Las plantas pueden ser colocadas en macetas o en parterres geométricos regulares o en un jardín campestre. El lugar elegido deberá recibir una buena cantidad de sol y estar protegido de los vientos. También deberán ser protegidas de las grandes heladas.
Lo mejor es elegir un sitio que esté cerca de la casa, si pudiera ser en una ventana de la cocina mucho mejor.
Afortunadamente la mayoría de las plantas no son demasiado exigentes en relación al suelo, pueden vivir en suelos bastante pobres, lo único que se deberá tener en cuenta es que tenga un buen drenaje, ya que son plantas sensibles al exceso de agua en el suelo.
Se pueden plantar las aromáticas en cualquier época del año, evitando los días muy calurosos del verano y los días más fríos del invierno. Antes de colocarlas se tiene que labrar el suelo a una profundidad de 25 centímetros de profundidad para dejarlo bien suelo y mullido.
Deberás eliminar las malas hierbas, para tener éxito en la tarea cuando labres la tierra retira los tallos, pedazos de raíces y bulbillos que salgan. Puedes notar que eliminarlas todas es difícil, pero siempre trata de quitar la mayor cantidad posible, así evitarás que rebroten más tarde.
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