Los cactus y las plantas suculentas tienen la ventaja de ser fáciles de cultivar siempre que le brindemos la cantidad de agua necesaria y los abonos necesarios. Al ser plantas que crecen en ambientes secos la falta de humedad no es un tema del que debemos ocuparnos.
A la hora de regar este tipo de planta es preferible pecar por defecto que por exceso.
La falta de agua es más fácil de comprobar ya que frente esta situación las veremos más delgadas y algo arrugadas. Al brindarle el agua que necesitan se hinchan rápidamente pudiéndose recuperar. Los expertos aconseja que es bueno dejar secar bien la tierra entre un riego y el otro.
En verano el regado puede hacerse una vez a la semana y en periodos más fríos ir espaciando los periodos. Durante el invierno se deberá regar muy poco o dejarla sin regar, excepto cuando se encuentren en el interior, en ese caso sólo se deberá regar si el suelo esta seco.
Para verificar que la tierra se encuentra bien seca se puede introducir un palito de madera y así verificar que esta sale sin que se le pegue la tierra en el mismo. En estos casos se podrá regar hasta que la humedad empape bien el suelo.
Ten presente que el exceso de agua en las raíces hará que se pudran y se estropeará toda la planta. Es mejor mojar la tierra directamente sin que se mojen las hojas y sus tallos. El exceso de humedad provoca en ellas manchas, ya que las gotas de agua actúan como una lupa.
La mejor agua es la de lluvia, que puede ser recogida y guardada para su uso. El agua debe estar fría en el momento de regarla.