La hiedra es una trepadora que se caracteriza por su rápido crecimiento. Su nombre científico es Hedera helix, pertenece a la familia Araliaceae (Araliáceas).
Se trata de una especie que se originó en el continente europeo. Por sus características puede desarrollarse en Europa, África y Asia. Se cultiva también en toda la Península Ibérica y en las Islas Baleares.
Este arbusto trepador tiene sus hojas perennes. Sus raíces aéreas son autoadherentes. Las hojas tienen los bordes enteros, de un tono verde intenso. Sus flores son de un tamaño pequeño que se reúnen en umbelas simples formando una península.
Los frutos de la hiedra se presentan en bayas de tono amarillento que con el paso de los días se ponen negras, maduras y opacas. Especialmente durante la primavera. En muchos casos estas bayas son venenosas.
Sin lugar a dudas es una excelente opción para tener en cuenta para quienes buscan una planta de larga vida. Pueden encontrarse numerosas variedades diferentes entre sí por su tamaño, tonalidad de hojas y por su forma. En algunos casos las hojas se encuentran matizadas en amarillo y otras tienen matices blancos.
Su talle leñoso puede trepar hasta los 20 metros.
Diferentes usos de la hiedra: ayuda a cubrir muros, paredes y elementos que queremos ocultar o para generar una pantalla natural de tono verde.
Las variedades cuyas hojas son pequeñas son usadas para la jardinería escultural, apoyándolas en estructuras de madera o metálicas.
Las plantas más pequeñas se pueden cultivar en macetas, en el interior de las casas. Algunos paisajistas eligen a la hidra para realizar un tapiz de suelo, especialmente en las zonas de sombra.
Prefieren las zonas más sombrías para su desarrollo, la excesiva insolación puede dañarlas. Con respecto a las temperaturas podemos decirte que tolera a la perfección las bajas temperaturas.
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